Asumir y seguir
En esta ocasión en vez de proponeros un VickyTruco (os dejamos el enlace al primero, por si aún no los conocéis), haremos algo diferente. Os invitamos a hacer una pequeña reflexión con nosotros.
Desde que decidimos empezar a publicar algunos consejos en la web, hemos tenido momentos de frustración. Momentos en los que hemos reflexionado sobre si realmente estamos cumpliendo nuestro principal objetivo, ayudaros con vuestros dolores de cabeza y daros herramientas para que podáis calmarlos. También nos hemos cuestionado si los temas que tratamos son realmente de útiles para vosotros, los padres y las madres que estáis al otro lado de la pantalla.
El alcance realista que planteamos en este tipo de iniciativas es el de llegar, al menos, a los padres y madres de los alumnos de la Academia. Esto no quita que sepamos que algunos de vosotros reenviáis nuestros posts, lo que nos encanta y motiva. En ellos solemos tratar temas por los cuáles algunos preguntáis y otros sabemos que los necesitáis, pero no siempre es fácil identificar el problema o ponerle solución. Son temas que consideramos interesantes para todos vosotros y, nuestra misión principal es ayudaros.
La realidad de nuestro día a día es que nos encontramos con adolescentes frustrados, desmotivados, con ganas de dejarlo todo porque no le ven sentido o, simplemente, porque cuesta mucho. Si nosotros también tiramos la toalla con ellos o les hacemos creer que lo estamos haciendo, podemos causar un gran sentimiento de fracaso, muy difícil de superar.
Evidentemente, cada caso es diferente, pero no debemos dejar que nuestros propios problemas influyan en nuestros alumnos. Ni escoger la opción más fácil por tener que hacer menos esfuerzo. Debemos luchar por ellos, hacer lo que realmente creamos que es mejor. Las decisiones deben ser sopesadas y, por supuesto, puestas en común con ellos. ¿Significa esto que siempre se van a salir con la suya? Por supuestísimo que no.
Conclusiones
Una cosa es que ellos formen parte del proceso, que entiendan las causas y consecuencias, las implicaciones y el coste de cada decisión, pero que la última palabra es la de sus padres, madres, abuelos, abuelas o el adulto competente en cada ocasión. Hacerlos parte implica, también, compartir la responsabilidad y cierta autonomía. Están en el momento ideal para equivocarse y aprender de sus errores.
Y vosotros, ¿habéis reflexionado sobre si realmente hay problemas o es nuestra propia frustración la que nos impide ver con claridad?
En la Academia, cada vez que se equivocan, les decimos lo mismo: analizamos, asumimos y seguimos. No hay que evitar o criminalizar el error, hay que aprender de él.
Queremos también agradecer a todos aquellos que confiáis en nosotros, que leéis con cariño cada post, con llegar a uno de vosotros, nuestro trabajo ha valido la pena.
Gracias.
El equipo de Academia Encinas